Usualmente puede haber síntomas tales como:

Aumento de la frecuencia de las micciones.

Eliminación de grandes cantidades de orina con mucha frecuencia.

Levantarse a orinar mas de dos veces durante la noche.

Dolor o ardor durante la micción.

Sensación irresistible o incontrolable de orinar pudiendo llegar a pérdidas involuntarias de orina.

Disminución de la fuerza del chorro.

Dificultad para el inicio de la micción.

Interrupción involuntaria del chorro durante la micción

Goteo postmiccional.

Esfuerzo miccional.

TRATAMIENTO MÉDICO

Son candidatos a tratamiento con fármacos: pacientes con síntomas que afecten la calidad de vida, síntomas moderados a severos, que se apeguen adecuadamente al tratamiento médico y que no sean candidatos a tratamiento quirúrgico.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Son candidatos a tratamiento quirúrgico, pacientes con síntomas moderados a severos que no mejoran después del tratamiento farmacológico. Las alternativas del tratamiento quirúrgico son actualmente mediante mínima invasión, consiste en la remoción de la glándula de manera endoscópica de tal forma que pueda quedar libre el paso de orina, conllevando una recuperación más rápida y menor estancia hospitalaria.